SOBRE MI
Ricardo De Alvaro
Madrid, 3 de enero de 1970
"De estilo inconfundible y propio. Sus composiciones, de una gran belleza onírica, nos revelan instantes de quietud, detienen el tiempo de la escena para dejar traslucir el alma y el eros."
Daniela Hoffmann
Pintor autodidacta. Desde mi infancia muestro inquietudes artísticas. Gano mi primer concurso de pintura a los 4 años. Diseñador y Arquitecto de Interiores, finalizo como 1º de mi promoción en el EADE. Ejerzo durante un período breve en el que realizo diseños para una importante marca holandesa combinando esta actividad con la pintura. Durante casi quince años me dedico enteramente a la educación y crianza de mi hijo. Hago incursiones en el mundo del teatro como escenógrafo y vestuarista. A partir del 2010 mi trabajo pictórico inicia una nueva etapa.
Enamorado desde la niñez del arte egipcio, de su fuerza expresiva, de la vibración de la energía en la figura a través del hieratismo y la utilización de los elementos descriptivos únicamente en función de las necesidades narrativas, así como de la ausencia de fondos o segundos planos. Encontré lazos en el arte grecolatino de los cuales no me he podido liberar, la serenidad de los Kuroi, la sensualidad de Praxíteles, la síntesis del dibujo en las escenas de los vasos griegos, los frescos pompeyanos de La Villa dei Misteri... He sentido profunda admiración por obras de grandes maestros como Atalanta e Hipómenes -Guido Reni-, La Piedad -José de Ribera-, El imperio de flora -Nicolas Poussin-, El Ángel apartando la piedra del sepulcro -William Blake-, El friso de Beethoven -Gustav Klimt-... Bebo de ellos la luz sobre los cuerpos, la visión fantástica de las escenas clásicas, la geometría y teatralidad de la disposición de las figuras, el aparente desorden de los elementos y la incoherencia a veces, del mundo onírico. En definitiva, todo ello ha dado forma a mi visión artística, conjugada con mi particular mundo simbólico y el 3 como número generador de mis obras.
Los valores fundamentales de mi actual trabajo se basan en el desarrollo de la idea Amor - Muerte y en un intento permanente por captar el poder de la belleza femenina, sumado al deseo de representar con lo estrictamente esencial, sin adorno, aquello que conmueve mi espíritu.